El gran terremoto que ha sumido a medio Japón en el caos ya comienza a repercutir a escala global (tecnológicamente hablando). Sectores como el de la electrónica de consumo, la automotriz y el videojuego ya acusan ritmos de producción muy bajos, motivados en gran medida por la carestía de componentes.
Estos graves recortes de suministro han terminado por ocasionar en extraordinarias medidas de suspensión, cerrándose temporalmente numerosas plantas por todo el país. Hablamos del inicio de enormes cadenas industriales, cuya afectación podría paralizar la actividad de instalaciones al otro lado del planeta. Un claro ejemplo: la General Motors de España tuvo que detener, hace dos días atrás, su maquinaria por la falta de componentes.
La empresa Sony ha sido una de las más afectadas por esta situación teniendo que silenciar cinco de sus plantas en Japón hasta nuevo aviso. Lo cierto es que todas ellas se encuentran ubicadas considerablemente lejos de las áreas afectadas por el terremoto del pasado día 11, pero al no disponer de materiales suficientes, poco puede hacerse.
El paro afecta a la producción de cámaras, paneles planos, micrófonos y telefonía móvil. También se han visto obligadas a frenar la fabricación otras grandes empresas como: Toyota, Nissan y Honda.
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