Sistema láser antidrones para prevenir incursiones aéreas indeseable

La proliferación de drones civiles y comerciales ha obligado a gobiernos y empresas de defensa a acelerar el desarrollo de sistemas de defensa aérea específicos para vehículos aéreos no tripulados (UAV). Entre las soluciones emergentes, los sistemas láser dirigidos —también llamados armas de energía dirigida (Directed Energy Weapons, DEW)— se destacan por su precisión, rapidez de respuesta y coste por intercepción relativamente bajo frente a munición tradicional. (Industria de Defensa Global)

Un sistema láser antidrones moderno integra varios subsistemas: sensores de detección (radar y cámaras electro-ópticas), identificación y clasificación mediante inteligencia artificial, un módulo de seguimiento y, finalmente, la unidad láser que neutraliza la amenaza. El enfoque de “defensa en capas” combina contramedidas suaves (jamming y ciber) con contramedidas duras (proyectiles, redes) y la opción de energía dirigida para amenazas de pequeño tamaño o enjambres. Esta arquitectura reduce el riesgo de daños colaterales y permite seleccionar la respuesta más adecuada según el entorno. (Rafael)

Las capacidades de los láseres actuales varían según su potencia y plataforma. Sistemas ligeros y montables en vehículo, como algunos modelos presentados por empresas del sector, son efectivos contra drones pequeños a distancias tácticas; mientras que soluciones de mayor potencia (decenas de kilovatios) pueden lidiar con objetivos más robustos y múltiples en poco tiempo. Ensayos recientes y despliegues experimentales han demostrado la viabilidad operativa de estas armas: varios fabricantes y fuerzas armadas reportan interceptaciones exitosas y evaluaciones en condiciones reales. (Breaking Defense)

Desde la perspectiva técnica, los desafíos incluyen mantener la precisión del haz a larga distancia frente a turbulencias atmosféricas, la gestión térmica del láser, la provisión de energía en plataformas móviles y la integración segura con sensores y sistemas de mando y control. Avances en láseres de fibra, estabilización de plataformas y algoritmos de apuntado han mejorado significativamente la probabilidad de neutralización con tiempos de respuesta medidos en fracciones de segundo. (optics.org)

En términos operacionales y legales, la adopción de láseres antidrones exige marcos normativos claros —especialmente en entornos urbanos— y reglas de enfrentamiento que minimicen riesgos a la aviación civil y a terceros. Por ello, la tendencia actual es hacia sistemas integrables en soluciones multi-sensor y gestionados por operadores entrenados, donde la decisión de disparo puede automatizarse parcialmente pero siempre con supervisión humana. (NextGen Defense)

En conclusión, los sistemas láser antidrones representan una tecnología madura en rápida evolución que, bien integrada en defensas en capas, ofrece una solución eficiente y escalable frente a incursiones aéreas indeseadas. Su adopción seguirá creciendo a medida que mejoren la densidad energética de los láseres, la autonomía de las plataformas y la inteligencia de detección —siempre bajo el paraguas de regulaciones que garanticen seguridad y proporcionalidad en su empleo. (Industria de Defensa Global)

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