La enorme creatividad de algunos diseñadores es indispensable a la hora de desarrollar nuevas alternativas de movilidad urbana. Scrooser es un buen ejemplo. Teniendo como base una scooter clásica, los ingenieros de la compañía alemana IFPEG han dado con este particular vehículo eléctrico como fórmula definitiva, a la vez que luchamos contra los problemas de contaminación y tráfico urbano.
Ahora bien, Scrooser es todavía un proyecto que está pendiente de desarrollo para que podamos verlo en la calle. La compañía alemana requiere de unos 91.000 euros para convertir en realidad el proyecto, por lo cual ha optado por el crowdfunding lanzándose en busca de inversores a través de la web Kickstart.
Como si se tratase de una bicicleta eléctrica, Scrooser cuenta con un sistema de asistencia hasta alcanzar los 25 kilómetros por hora. Ahora bien, esa velocidad no se alcanza mediante el consumo energético del conductor más allá del que se gaste a la hora de accionar su acelerador, ya que no tienes pedales. Así que no alcanza la velocidad de un ciclomotor, pero tampoco se puede considerar una bicicleta eléctrica.
Posee unas baterías de iones de litio, las cuales le permiten una autonomía media de 35 kilómetros y tardan entre 1 y 3 horas en cargarse, dependiendo del tipo de recarga. Scrooser pesa 28 kilogramos y es capaz de aguantar un máximo de 125kg. Sus dimensiones son: 175 centímetros de largo, 75 de ancho y 110 de altura.
Su cuadro está compuesto de una aleación de aluminio, y destacan sus gruesas ruedas de 8 pulgadas que confieren la estabilidad necesaria al vehículo, y que vienen a lograr que podamos montarlo tanto de pie, como sentados. Cuenta del mismo modo con frenos de disco, sistema de bloqueo y luces LED escondidas en el cuadro.
Fuente: technologicvehicles.com
