Comprar una casa es un proceso complejo y, en no pocas ocasiones, largo, sobre todo si compras sobre plano. Hay que ahorrar para la hipoteca, esperar a que se construya la casa, amueblarla, asegurar los suministros de luz, agua y gas, decorarla y, para colmo, no la puedes mover. Si no te gusta la ubicación, es lo que hay, la casa está allí clavada y punto. Pero haus.me tiene una idea: una casa prefabricada, impresa en 3D y totalmente autosostenible que se puede colocar en cualquier superficie plana.
Actualmente, la compañía tiene tres modelos: mOne, mTwo y mFour, según el número de personas que vayan a habitar. La primera es la recomendable para dos personas, la segunda para una familia pequeña y la tercera para una más grande. Las dimensiones van desde los 37 metros cuadrados hasta los 148 metros cuadrados. ¿Sus precios? Desde los 199.999 dólares para la versión más básica a más de un millón para la más grande.
Todos los modelos prefabricados que vende haus.me se alimentan de energía solar gracias a unos paneles situados en el tejado. Estos son capaces de generar hasta 7 kWh, una cifra que no está mal si tenemos en cuenta que calentar la casa cuando fuera se está a -17ºC requiere 0,86 kWh. Haus.me promete que el suministro eléctrico está garantizado incluso en climas fríos y nublados. Cuando hay mal tiempo, la casa se cambia a un modo de bajo consumo para extender la vida útil.
Según el fabricante, una batería de 16 kWh completamente cargada es suficiente para alimentar la casa durante hasta una semana, según la temperatura exterior. Sin embargo, si todos los dispositivos de la casa funcionan de forma simultánea, la batería puede llegar a agostarse en un día. Sea como fuere, y aunque el punto de las casas está en que son independiente de las redes de suministro convencionales, se pueden acoplar si fuera necesario.
Por defecto, las casas están conectadas a un pozo o a la red de aguas de las ciudades, si bien el tanque de agua se puede llenar desde cualquier fuente. Posteriormente, el agua se purifica, se usa, se filtra y se vuelve a usar. Es un consumo cíclico. Conforme el agua se va usando pasa a un «tanque de agua negra» que hay que vaciar periódicamente. En cuanto al aire, este se filtra mediante unos filtros HEPA que retienen hasta el 99,9% de bacterias, según la empresa.
La estructura como tal está construida en fibra de carbono, polímeros y paneles de vidrio reforzado, mientras que en el interior se usa madera natural. La compañía está tan segura de su construcción que ofrece garantía de por vida.
Las casas se compran online y, como si compráramos un Tesla, se pueden configurar para añadir más funciones, colores o domótica. Por ejemplo, se pueden añadir ventanas tintadas con control remoto, batería adicional, protección contra huracanes y terremotos y garantía extendida. Una vez configurada, la web nos devuelve el precio a pagar, que puede ser en cash o mediante una hipoteca.
Dado que la compañía tiene sede en Estados Unidos, el tema de los permisos es algo diferente. Al ser casas prefabricadas no se necesitan permisos de construcción ni obras. En caso de ser necesario, la empresa guía a los usuarios en el proceso, que puede durar desde dos semanas a unos cuantos meses. La empresa hace envíos a cualquier puerto internacional, aunque los portes no están incluidos. El habitáculo llega ya montado y, en el caso de Estados Unidos, se envía por tierra en camión.
Fuente: https://www.xataka.com