Según la Agencia Espacial Europea (ESA), la impresora 3D es considerada como el invento precursor de la Tercera Revolución Industrial, tal como en su momento lo fueron la máquina de vapor y el motor de combustión interna. La posibilidad de imprimir cualquier cosa que hayamos modelado antes en nuestro ordenador, supone un verdadero cambio en nuestra concepción de la producción.
La moderna tecnología ha sido catalogada por los especialistas como tecnología disruptiva más potente que el propio Internet. Si ya era posible imprimir piezas para naves espaciales, comida e incluso órganos humanos, el abanico de posibilidades se amplía con la concepción de una impresora 3D gigante que puede construir en 24 horas una casa de más de 200 metros cuadrados.
El proyecto Contour Crafting, liderado por el profesor Behrokh Khoshnevis de la Universidad del Sur de California (EE.UU.), pretende revolucionar el sector de la construcción con su colosal impresora 3D capaz de construir una casa entera de dos plantas en un solo día. El sistema de impresión tridimensional sería el habitual solo que a gran escala, de forma que permitiría erigir estructuras con absoluta libertad y sin la rectitud que implica la construcción convencional.
La impresora consta de dos brazos telescópicos unidos por una viga transversal que aloja el cabezal de impresión. Estos brazos se mueven el plano horizontal mediante guías y en vertical mediante la grúa de cada brazo. Al cabezal llega directamente desde la cementadora una mezcla especial de hormigón de secado rápido que se va depositando por capas en las zonas determinadas según el prototipo creado digitalmente.
Una vez terminado el proceso, se requeriría el trabajo humano para la instalación de puertas y ventanas, así como de la instalación de electricidad y agua, lo que, según los promotores, evitaría la supresión de puestos de trabajo en el sector.
Por lo pronto, se trata de un proyecto en desarrollo, con lo que tardará algún tiempo en materializarse. Cuando lo haga, la impresora 3D desbancará por completo al ladrillo, al abaratar los costes de producción del inmueble y facilitar tanto su edificación como su reparación.
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