Científicos colombianos estarían desarrollando un sistema muy particular para recargar las baterías de los gadgets, como es el caso de los teléfonos móviles o cámaras fotográficas, esto sería la energía producida por las tormentas.
La Universidad Nacional de Colombia, con este singular proyecto, ha conseguido absorber 15 microamperios de corriente media por día, obtenidas de la tormenta que por estas fechas azota la ciudad de Bogotá. Claro que solo se trata de una pequeña cantidad de corriente, pero esto solo es el inicio de algo mayor.
Los científicos del Grupo de Investigación en Compatibilidad Electromagnética de la UNC, que dirige el profesor Francisco José Román Campos, pretenden utilizar esta energía en dispositivos eléctricos con bajo consumo, fundamentalmente baterías de dispositivos móviles, que se complementarían con sistemas tradicionales de alimentación.
Los campos eléctricos ambientales generados en las nubes de tormenta eléctrica acumulan grandes cantidades de carga eléctrica. El gran tamaño de estos campos eléctricos y la gran distancia a la que se encuentran de la superficie terrestre propicia que pueda amplificarse millones de veces mediante un elemento metálico con forma puntiaguda.
Es lo que se denomina como "efecto corona", pues los elementos que se utilizan son electrodos con esta forma. Estos electrodos tienen finas agujas con radios de curvaturas muy pequeñas que, al amplificar los campos eléctricos, inician una serie de descargas entre el gas ionizado y la punta del electrodo.
Posteriormente el almacenamiento de esta energía finalizaría el proceso, de modo que pequeños aparatos eléctricos puedan cargarse con este sistema. En verdad algo sumamente interesante, lo cual sería el aprovechamiento de una fuente de energía renovable.
David Fernando Ariza González, ingeniero electrónico que participa en el proyecto de la UNC, destaca que "estos desarrollos han llevado a la mejora de la calidad de vida de la sociedad, a la implementación de nuevas técnicas de suministros de energía que no impliquen un mal gasto de recursos naturales”.
Esta investigación se suma a otras muchas iniciativas que, en todo el mundo, persiguen la consecución de fuentes de energía no convencionales para reducir la dependencia de las energías no renovables, como el petróleo.
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