Transcurrido la Crisis de los Misiles de Cuba (Octubre de 1962), se produjo un armisticio nuclear entre Rusia y Estados Unidos, quienes decidieron que razonando con cordura evitarían tener al mundo «al borde del abismo». Para prevenir nuevos incidentes, el 20 de junio de 1963 las dos superpotencias firmaron un acuerdo destinado a establecer un enlace entre Washington y Moscú, estamos hablando del famoso «teléfono rojo».
Esta vía de comunicación directa permitiría que los dos jefes de Estado se pusieran de acuerdo en caso de emergencia. En realidad en aquel momento no había teléfonos, sino un enlace a través de teletipos que se garantizó a través de un circuito de telégrafos que pasaba por Washington, Londres, Copenhague, Estocolmo, Helsinki y Moscú.
La línea telefónica se utilizó por primera vez durante la Guerra de los Seis Días en 1967. Y fue en la década de 1970 que se estableció una línea directa, empleando sistemas de satélite y de cable submarino. A pesar de la caída de la Unión Soviética, la línea sigue en uso hasta nuestros días.
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