Miguel Bruns Alonso, graduado de la Universidad Delft de Tecnología en los Países Bajos, ha desarrollado un bolígrafo que detecta la fuerza con la que apretamos y movemos dicha pluma fuente. Las personas estresadas tienden a mover y sacudir con mayor fuerza una pluma más que otras personas quienes se hayan relajados.
Para obtener un beneficio terapéutico de la pluma, Bruns le integró una retroalimentación de movimiento contrario que dificulta el movimiento de la pluma. A pesar de que los experimentos iníciales demuestran un beneficio marginal, estudios más avanzados pueden demostrar el beneficio de la tecnología.
Bruns, quien estudió diseño industrial, realizó varios experimentos durante el curso de su investigación, en la cual demostró que cuando las personas están tensas, tienden a jugar con las plumas que tienen en las manos. También parece que cuando se les anima a controlar esos movimientos nerviosos, o hacerlos con más tranquilidad, es posible controlar mejor la situación.
«Sensores colocados en una pluma pueden resultar una manera más discreta de medir los niveles de estrés. Al darle a los usuarios la debido retroalimentación, se les puede ayudar a manejar el estrés de manera constructiva,» dice el diseñador.
La pluma también proporciona un contrapeso a esos movimientos utilizando electrónicos y electromagnetos integrados. Cuando detecta movimientos más rápidos asociados con el estrés, la pluma se hace gradualmente más difícil de mover. Esto estimula al usuario a usarla de manera más relajada, con lo cual la pluma vuelve otra vez a ceder al movimiento.
Cuando se evaluó la pluma en un experimento, las personas que recibieron retroalimentación sobre su comportamiento tuvieron una frecuencia cardíaca más baja (alrededor de un 5%) que aquellos que no recibieron retroalimentación y también experimentaron menos estrés sicológico.
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