Al margen de los avances en los puntos de carga rápida, cada vez más pequeños y prácticos, la tecnología en la que más se están volcando los fabricantes tiene que ver con el reabastecimiento energético sin cables. BMW ya ha anunciado que probará sistemas de carga inalámbrica.
La empresa Toyota ha hecho lo mismo, el caso de Nissan es conocido por todos (mencionó esta posibilidad cuando su modelo Leaf estaba en sus inicios), y ahora, Daimler se suma también gracias a un acuerdo con la firma Conductix-Wampfler, que ya tiene experiencia con sistemas de inducción para autobuses urbanos.
La idea de Daimler es comprobar la validez de un cargador por inducción usando conductores no profesionales y vehículos de potencial uso cotidiano. Para ello, una familia de cuatro miembros será alojada en una vivienda ecológica experimental durante 15 meses, dejando a su disposición un Mercedes Clase A E-Cell (con una autonomía de 380 km), junto a un Smart ForTwo Electric Drive y una bicicleta eléctrica ebike (estos dos últimos con carga por cable y utilizables durante tres meses).
Como con cualquier otro sistema de carga por inducción, tanto la base de carga instalada en el suelo como la batería del Clase A E-Cell poseen unas bobinas especiales que permiten el intercambio eléctrico, con una eficiencia aproximada del 90%.
Al margen de que no se transmite el 100% de la electricidad con este tipo de sistemas (un 10% o incluso un 5% no pueden parecer gran cosa), si tienes tu propio garaje en casa no resulta muy incómodo dejarlo cargando mediante un cable, y más ahora que todos los fabricantes están desarrollando aplicaciones para teléfonos móviles capaces de recordarte cuándo has de cargar el coche (o incluso si directamente lo has dejado desconectado).
Mucho más interesante es la aplicación de estos sistemas en plazas de aparcamiento público, donde los cables son inadecuados por un buen puñado de motivos.
Fuente: Engadget