En 1965, un grupo de estudiantes de Harvard cambió la manera en que las personas se relacionaban al crear el primer servicio de citas por computadora. Este proyecto innovador, llamado Operation Match, fue una idea pionera que abrió el camino para las plataformas de citas modernas, siendo el inicio de una industria de emparejamiento que hoy vale millones.
La idea nació gracias a Jeff Tarr, Vaughn Morrill y algunos de sus compañeros de Harvard y el MIT. En una época en la que las computadoras eran gigantescas y poco accesibles, este grupo de jóvenes vio la oportunidad de utilizar la tecnología para resolver un tema común entre los estudiantes: las citas. Querían hacer más fácil el proceso de conocer a alguien especial sin la presión de las interacciones cara a cara. Así nació Operation Match, un sistema que usaba algoritmos para encontrar personas compatibles.
A diferencia de las aplicaciones actuales, donde el emparejamiento es casi instantáneo, el proceso en 1965 era mucho más lento. Los usuarios interesados en encontrar pareja tenían que llenar un cuestionario de 75 preguntas, que cubría desde gustos personales hasta expectativas sobre una relación. Preguntas como cuál era tu música favorita o qué esperabas de una cita eran comunes.
Después de llenar el cuestionario, los datos se procesaban en una computadora IBM 7090, que comparaba las respuestas y buscaba personas compatibles. Finalmente, los usuarios recibían una lista de posibles parejas junto con los números de teléfono para contactarlas directamente. El objetivo era aumentar las probabilidades de que las citas fueran exitosas y reducir las malas experiencias.
En aquellos tiempos, las citas solían depender de las presentaciones a través de amigos o conocidos, así que Operation Match ofrecía algo totalmente nuevo. Miles de estudiantes universitarios, no solo de Harvard, sino de muchas otras instituciones, se apuntaron al servicio. En su primer año, procesaron más de 90,000 perfiles, lo que fue impresionante dadas las limitaciones tecnológicas de la época.
A nivel cultural, Operation Match rompió esquemas. Aunque algunos criticaban la idea de usar computadoras para algo tan «humano» como las relaciones, el éxito del servicio demostró que la tecnología podía ser una herramienta valiosa también en este ámbito. De hecho, sentó las bases para muchas características que hoy consideramos normales en las aplicaciones de citas: el uso de algoritmos, perfiles personalizados y la conveniencia de conocer a alguien que, de otra manera, nunca hubieras encontrado.
Operation Match fue solo el primer paso en la evolución de los servicios de citas, pero su impacto sigue vigente. Aplicaciones como Tinder, Bumble y OkCupid operan bajo principios similares, aunque ahora con tecnologías más avanzadas como inteligencia artificial y aprendizaje automático.
Hoy, en un mundo donde estamos más conectados que nunca, resulta fascinante pensar que una idea tan simple, nacida en una universidad en los años 60, haya dado origen a una industria global que ha transformado la manera en que las personas se relacionan. Operation Match no fue solo una curiosidad tecnológica, fue el inicio de una auténtica revolución social.