El sueño de conducir un coche impulsado por energía solar está más cerca de hacerse realidad de lo que podríamos pensar. Mercedes-Benz ha dado un vistazo exclusivo a sus laboratorios de ingeniería en Stuttgart, Alemania, mostrando avances que prometen revolucionar la movilidad eléctrica en los próximos años.
Energía solar en cada rincón del coche
El desarrollo más llamativo es un sistema de superficies fotovoltaicas capaces de generar suficiente energía para cubrir los trayectos diarios en regiones soleadas. Estos paneles solares ultradelgados, de apenas cinco micrómetros de grosor (mucho más delgados que un cabello humano), pesan solo 50 gramos por metro cuadrado. Lo interesante es que esta tecnología puede aplicarse prácticamente a toda la carrocería de un coche, convirtiendo al vehículo en una especie de batería solar rodante.
Aunque no es la primera vez que Mercedes-Benz experimenta con energía solar —el prototipo EQXX ya incorporaba un pequeño panel solar en el techo, capaz de añadir 30 kilómetros extra de autonomía en viajes largos—, esta nueva técnica abre la puerta a cubrir áreas mucho más grandes del coche, optimizando el uso de energía solar.
¿Autonomía ilimitada gracias al sol?
Para un SUV mediano como el EQS, los ingenieros estiman que una superficie solar de 11 metros cuadrados, con una eficiencia del 20%, podría generar unos 20.000 kilómetros de autonomía al año en lugares soleados. Esto equivale a satisfacer por completo las necesidades de conducción diarias de un usuario promedio, e incluso generar un excedente de energía que podría alimentar una vivienda a través de sistemas de carga bidireccional.
Incluso en climas menos favorables, como el de Stuttgart, donde el promedio diario de conducción es de 52 kilómetros, esta tecnología podría cubrir el 62% de esa distancia usando únicamente energía solar. Es un cambio radical que podría redefinir cómo pensamos en la movilidad sostenible.
Más que paneles solares: una visión integral
La innovación de Mercedes-Benz no se limita a la energía solar. También están explorando sistemas que mejoran la eficiencia y sostenibilidad de otras partes clave del vehículo. Por ejemplo, han desarrollado un sistema de frenado eléctrico integrado en el eje, que elimina la necesidad de discos, tambores y pastillas de freno. Esto no solo reduce las partículas contaminantes generadas por el desgaste de los frenos, sino que también permite diseños más ligeros y aerodinámicos.
Además, la marca está trabajando en nuevos sistemas de inversores eléctricos que operan a nivel de las celdas de la batería. Esto ofrecería un control más preciso, alargaría la vida útil de las baterías y aprovecharía mejor el espacio disponible dentro del vehículo.
Futuro sostenible, paso a paso
Aunque muchas de estas tecnologías aún están en desarrollo y no llegarán al mercado de inmediato, Mercedes-Benz está dejando claro su compromiso con un futuro más limpio y eficiente. Desde superficies solares integradas hasta frenos innovadores y baterías más avanzadas, la marca no solo busca mejorar el rendimiento de sus vehículos, sino también ofrecer soluciones prácticas que marquen una diferencia real para los usuarios.
En un mundo que avanza hacia la sostenibilidad, estos avances nos acercan a un modelo de movilidad donde los coches no solo consumen energía, sino que también la producen, transformando la manera en que entendemos el transporte.
Fuente: https://www.teknofilo.com