Este juguete tan extraño habría sido mi primera elección si lo hubiesen vendido cuando yo era niño. La producción del «Laboratorio de Energía Atómica» sólo duró un par de años (entre 1951 y 1952) y era muy caro para la época (US$50 dólares). Bastante sofisticado y, como se ve, primorosamente construido, dejó de fabricarse, ya fuese por razones de seguridad o como una forma de desanimar a los empíricos constructores de bombas nucleares caseras.
Si dicho juguete lo trajéramos a la actualidad, los niños nerds disfrutarían de un Gran Colisionador de Hadrones a escala. Je, je…
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