El 2010 pone fin a la saga sobre los trajes de baño de alta tecnología que dominó al mundo de la natación desde 2008. A partir de ahora, no se les permitirá a los nadadores competir con estos controvertidos bañadores.
Desde que se comenzaron a usar, se establecieron más de 250 récords mundiales. Estos bañadores, resistentes al agua, aumentaban la flotabilidad y la velocidad. Sin embargo, para muchos se trataba de un «dopaje tecnológico».
Después de intensos debates y disputas legales, las autoridades de la natación decidieron deshacerse de ellos. El bañador forma parte del proceso, pero la verdadera diferencia está en los atletas, en su profesionalismo, sus esfuerzos, su dedicación y las horas que pasan entrenando
Con ese fin, introdujeron criterios estrictos sobre los tipos de tejidos, el espesor y el tamaño de los bañadores. Los de hombre no pueden sobrepasar el ombligo o llegar más bajo de la rodilla; a los de mujer no se les permite cubrir el cuello o los brazos. Y todos deben tener aprobación oficial.
El nadador estadounidense Michael Phelps usó un traje de alta tecnología cuando ganó ocho medallas de oro en las Olimpiadas de Pekín, pero ha expresado su satisfacción por el retorno de los bañadores tradicionales. «Me gustan. Creo que uno tiene que esforzarse más, que estar en mejor forma», dijo.
Se ha sugerido que se establezca una diferencia entre los récords mundiales de los últimos dos años y los anteriores o los que habrá a partir de ahora. Incluso, algunos han dicho que se deberían cancelar.
Otros, como el Dr. Tom Waller, director del laboratorio de la empresa fabricante de trajes de baño Speedo, consideran que ésa sería una medida incorrecta. «El bañador forma parte del proceso, pero la verdadera diferencia está en los atletas, en su profesionalismo, sus esfuerzos, su dedicación y las horas que pasan entrenando», dijo.
Finalmente, las autoridades quieren una situación en la que los trajes sean los mismos para todos.