La Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, por sus siglas en ingles) es una de las organizaciones más interesadas en disponer de superordenadores extremadamente veloces, ya que este tipo de problemas cae justo en su área de trabajo.
Por este motivo, han puesto la mira en la próxima generación de superordenadores, que deberían ser unas mil veces más rápidos que el Tianhe-1A, superando la fantástica barrera del EXAFLOP (un millón de millón de millones de operaciones de punto flotante por segundo).
Para lograrlo, un equipo de trabajo del San Diego Supercomputer Center (SDSC) de la Universidad de California, con fondos proporcionados en parte por el programa UHPC (Ubiquitous High Performance Computing) de DARPA, ha comenzado a trabajar en esta máquina que debería estar a punto en 2018.
El más grande fabricante de CPUs del mundo, Intel, también participa del proyecto. Uno de los problemas que se deben resolver para que este ordenador se convierta en un dispositivo real es el consumo de energía.
Máquinas como el Tianhe-1A consumen más de 4 megawatts, y sin un cambio importante en la arquitectura de los circuitos empleados para construir la máquina soñada por DARPA, la energía necesaria para hacerla funcionar sería unas 1000 veces mayor, algo completamente inaceptable.
Los recursos de Intel y DARPA seguramente proporcionaran una solución ingeniosa a este problema. Tianhe-1A, por ejemplo, si solo utilizase CPUs hubiese consumido 12 megawatts, pero al apoyarse en los chips de procesamiento gráfico Nvidia Tesla M2050 la cantidad de energía requerida es tres veces menor.
Las primeras etapas del diseño del superordenador deberían estar finalizadas en 2014, y el primer prototipo funcional vería la luz en el 2018.
Enlace: PhysOrg