Aunque tienen el aspecto de pequeños torpedos no se trata de armas bélicas, sino todo lo contrario. Los robots planeadores submarinos o gliders, de color amarillo y dos metros de longitud, son los aliados perfectos de los científicos marinos a la hora de reunir información sobre los océanos.
El Instituto Leibniz de Ciencias Marinas de Alemania (IFM- GEOMAR) acaba de anunciar que lo tiene todo a punto para lanzar la primera misión científica de una flota de nueve gliders en el Atlántico.
La gran ventaja de estos instrumentos es que pueden explorar los océanos sin necesidad de motor hasta una profundidad de 1000 metros mientras consumen tan poca energía como la luz de una bicicleta.
Cada planeador submarino incorpora instrumentos para medir la temperatura, salinidad, concentración de oxígeno, niveles de clorofila y turbidez del agua del mar. Los datos se envían periódicamente al centro de control. Y para cambiar su rumbo basta con una llamada de teléfono (vía satélite) al robot con los datos de la nueva ruta.
La nueva misión que prepara IFM- GEOMAR comenzará a mediados de marzo cerca de la Isla de San Vicente (Cabo Verde), donde la flota de planeadores submarinos estudiará la circulación del agua en la zona y su impacto en los procesos químicos y biológicos.