No hace mucho se publicó una historia sombría en el periódico The Guardian, el mismo habla sobre el inminente agotamiento del suministro mundial de gas helio. Resulta que hemos derrochado en globos para fiestas lo que alguna vez fue una reserva gigantesca de helio, un elemento crucial para una amplia variedad de investigaciones médicas y científicas.
No, no es ninguna broma, has leído bien, en globos para fiestas. Del tipo de los que posiblemente alguna vez compraste para las fiestas de cumpleaños de tus hijos. De los que se desinflan inevitablemente y se convierten en una burbuja arrugada en algún rincón de nuestras casas.
He aquí un resumen de la noticia publicada en The Guardian:
Oleg Kirichek, jefe del equipo de investigación del láser de neutrones Isis del laboratorio británico Rutherford Appleton, recibió una sorpresa poco agradable la semana pasada. Uno de sus experimentos clave, diseñado para probar la estructura de la materia, tuvo que ser cancelado porque el laboratorio se había quedado sin helio.
“El gas, utilizado para enfriar átomos a una temperatura de -270 grados centígrados que pueda reducir sus vibraciones y así facilitar su estudio, es cada vez más escaso”, afirmó Kirichek. Los laboratorios de investigación que prueban la estructura de la materia, los escáneres médicos y otros dispositivos avanzados que utilizan este gas, podrían verse obligados en breve a reducir sus actividades debido a que estamos desperdiciando el suministro mundial y limitado de helio en globos para fiestas.
Resulta que varias décadas atrás los Estados Unidos comenzaron a almacenar helio, el cual se libera como un subproducto de la extracción petroquímica. Lo comenzó a hacer en el momento en el que se pensaba que podríamos usar este material para propulsar cohetes espaciales en gran número, idea que posteriormente fue desechada, y entonces se empezó a vender el helio como pan caliente.
El valor de los globos para fiestas inflados con helio proliferó. Y aunque es posible extraer más helio, parece que no poseemos la infraestructura necesaria para almacenar y distribuir este elemento en las cantidades necesarias.
Para ser honestos, los globos para fiestas inflados con helio se clasifican entre los productos más triviales que existen. La idea de que laboratorios de todo el mundo deban suspender sus cruciales investigaciones médicas y científicas en pos de esos productos novedosos e innecesarios es asombrosamente absurda.
En resumen, se trata de una poderosa reflexión acerca de lo imprudentes que pueden resultar los negocios para ciertos productos innecesarios.
Fuente: treehuger