Como sabemos, las descargas ilegales de música por internet son el fantasma de todo artista y disqueras. Pero ahora los usuarios, cada vez más, prefieren escucharlos directamente en la red y claro sin violar ninguna ley.
Y no es que la gente finalmente se haya apiadado de los artistas. No. Lo que sucede es que el terreno ha sido ocupado por el llamado streaming, término que engloba a los contenidos de audio que se escuchan por internet sin necesidad de descargar archivos.
Esta forma de consumir contenidos «a la carta» -que popularizó YouTube con sus videos- fue concebida como una variante legal, donde los dueños de las páginas pagan regalías a las compañías.
¿Y de qué viven esos sitios? Se financian gracias a la publicidad o al pago de contenidos «Premium» –un promedio de US$10 al mes- por parte de los melómanos que prefieren omitir la publicidad.
Site de Música en Internet:
El pionero de los contenidos «Premium» fue iTunes de Apple –que cobra un promedio de US$1 por canción descargada- y a éste le siguieron otros como Last.fm, We7, Deezer, el popular Pandora en Estados Unidos y el sitio emblema del streaming: Spotify.
Con servicios gratis y «Premium» -a los que se añade la opción de descargar-, Spotify fue creado en Suecia, emerge como el gran competidor del iTunes y es visto por muchos como la revolución total de la música.
Por ahora, Spotify sólo está disponible en seis países de Europa y se espera que este año desembarque en Estados Unidos –el principal mercado musical del mundo- y luego en América Latina. De todas maneras, los entendidos en la materia acceden desde cualquier país simulando estar en Europa.