La mente imaginativa de un artista como Armando Ramírez es capaz de transformar chatarra en un elegante juego de ajedrez. El diseñador ha recogido piezas de metal sobrante de una máquina en desuso y las ha transformado en: peones, caballos, y partes de los reyes, que también disponen de dientes propios del sistema eléctrico de un automóvil.
Las reinas están hechas de tornillos, engranajes y rodamientos del sistema eléctrico del coche. Los alfiles tienen la forma de bujías y las torres de ruedas dentadas. El tablero está hecho de una hoja de metal y cables con características ornamentales de hierro y tapas de Bendix.
Hay que tener en cuenta, que intencionalmente el artista no quiso darle a sus esculturas un acabado fino pulido, por lo tanto, en el diseño es posible observar manchas y rasguños propios del material usado.
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