El ejército de los Estados Unidos, junto con la CIA, últimamente se han valido de un flota de aviones UAVs (Vehículo Aéreo no Tripulado) para investigar el terreno enemigo, esto gracias a su capacidad furtiva y a la gran calidad de imágenes que pueden transmitir en tiempo real.
Hace poco algunos modelos han sido adaptados para que puedan transportar misiles, los que son disparados a cientos de kilómetros de distancia por un operador que se encuentra muy cómodamente sentado en la unidad de control.
Pero la efectividad de estas costosas naves han quedado peligrosamente comprometida a partir de un hecho sucedido el año pasado, y que recién ha salido a la luz pública: una laptop perteneciente a un militante chiíta contenía varios videos que habían sido enviados por una de estas naves no tripuladas.
Luego de una severa investigación llevada a cabo para descubrir cómo llegaron esos videos a manos del “enemigo”, dio por resultado un dato bastante preocupante: los insurgentes estaban utilizando decodificadores de televisión satelital, junto con un software llamado SkyGrabber (valorizado en unos USD$26) para interceptar y grabar las señales de video transmitidas por los UAV.
Enlace: Engadget en ingles