Informe: próximamente combustible para avión menos contaminante y más sostenible

Después de analizar las mediciones efectuadas durante experimentos con un avión de gran envergadura, un viejo modelo Douglas DC-8, con relación a una posible alternativa de combustible «ecológico» parecen muy alentadoras.

Un equipo del Centro Langley de Investigación de la NASA en Hampton (Virginia EE.UU.), ha venido trabajando en un proyecto para estudiar los efectos que produce el uso de un biocombustible alternativo sobre la eficiencia de un motor, así como las emisiones de gases y las estelas de condensación generadas por el avión a ciertas altitudes de vuelo.

De acuerdo a como pinta el futuro, los investigadores involucrados centran sus esperanzas en el uso de biocombustibles alternativos, y que sean una forma segura y efectiva de reducir los efectos contaminantes de la aviación sobre el medio ambiente.

A fin de avanzar en esa línea de investigación mediante experimentos en condiciones reales, se ha recurrido a un veterano DC-8, seguido por un avión Falcon, más nuevo. Las dos aeronaves volaron en formación, con las distancias entre ambas variando entre unos 90 metros y 16 kilómetros (300 pies y 10 millas, respectivamente).

Al frente estaba el DC-8, con sus tanques llenos, ya fuese con combustible convencional JP-8, o con una mezcla, a mitad y mitad, de JP-8 y un combustible alternativo a base de esteres y ácidos grasos, elaborados a partir de biomasa vegetal.

Ambos combustibles, el puro y la mezcla, podían ser utilizados en cualquier combinación por los cuatro motores CFM56 a reacción del DC-8 en cualquier momento con solamente el accionamiento de algunos conmutadores por parte de los pilotos.

Detrás volaba el Falcon, modificado para llevar una veintena de instrumentos científicos y de navegación que fueron diseñados para «olfatear» y registrar 20 diferentes parámetros de las emisiones provenientes del DC-8 a diferentes distancias, altitudes y potencias de los motores.

Los investigadores registraron más de 15 horas de muestras de emisiones a altitudes de crucero, y otras casi cuatro horas de muestras abajo, en tierra. Una segunda fase de experimentos se llevará a cabo a fines de este año o ya en 2014.

Fuente: blogs.20minutos.es

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