Si eres fanático de las películas de ciencia ficción al estilo Minority Report, te habrás dado cuenta sobre el uso de algún tipo de identificación biométrica. Esto es, que la clave de cualquier puerta u ordenador sean tus pupilas, tus huellas dactilares o tu mano. Pues bien, un grupo de científicos de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) analizan los posibles intentos de fraude en diversos sistemas de identificación biométrica para tratar de mejorar su seguridad.
Este campo de investigación se conoce como «anti-spoofing» y básicamente se trata de detectar todos los posibles intentos de fraude que pueda llegar a tener un sistema de identificación biométrico. Como explica el responsable del Grupo Universitario de Tecnologías de Identificación (GUTI) de la UC3M, Raúl Sánchez Reíllo, «lo que tratamos de conseguir es la detección de esos intentos para que luego el sistema pueda actuar en consecuencia».
Hablando más claramente; si alguien se le ocurriera copiar tu huella dactilar o hacerse un duplicado de tu iris para acceder a una zona de especial seguridad, estos investigadores les cazarían al momento. Sus investigaciones son básicas para evitar que falsificaciones como impresiones de fotografías de iris o prótesis tengan éxito a la hora de vulnerar la seguridad.
Existen diversas partes de nuestro cuerpo que nos hacen únicos respecto al resto de personas. Desde el iris hasta la huella dactilar, el reconocimiento facial o incluso la mano. Estos científicos trabajan en «anti-spoofing» en la mayoría de las modalidades de identificación biométrica.
Por una parte evalúan la robustez de los sistemas biométricos actuales frente a distintos tipos de ataques, y por otro lado, crean algoritmos, dispositivos, técnicas colaterales y políticas de uso que eviten o detecten esos intentos de fraude. Como explica el profesor Reíllo, «actualmente estamos trabajando muy intensamente tanto en iris ocular como en firma manuscrita, aunque anteriormente hemos trabajado en huella dactilar y en un futuro próximo lo haremos en reconocimiento facial»
En la actualidad, los sistemas de seguridad biométricos están siendo cada vez más utilizados en bancos y comercios. Algunos ordenadores ya no necesitan una clave para acceder al sistema, sino la huella dactilar del usuario. Es justo este método el más difundido, aunque técnicas como la identificación vascular se comienzan a implementar en hospitales y cajeros automáticos.
Otra técnica biométrica importante utiliza el iris ocular. Este sistema presenta tasas bajas de lo que los investigadores llaman «falso rechazo» (cuando el sistema no te identifica pese a que eres la persona correcta) y, a la vez, una «falsa aceptación» (cuando no eres la persona, pero el sistema te acepta) prácticamente nula. No obstante, el coste tanto computacional como económico es elevado, si se compara con otras técnicas biométricas, como la vascular o la dactilar.
En el futuro nuestro cuerpo será nuestra clave de acceso y al igual que existen protocolos de seguridad que nos dan confianza a la hora de comprar por Internet, desarrollarán sistemas que eviten la suplantación de identidad.