Historia de las primeras máquinas expendedoras

Es en la década de los ochenta del siglo XIX, coincidiendo con el auge de la Revolución Industrial, cuando empezaron a surgir las primeras máquinas de vending modernas: en 1880 se crea en Londres una máquina expendedora de tarjetas postales y en 1888, una empresa de chicles, Thomas Adams Gum instaló en las calles y el metro de Nueva York una máquina vending de goma de mascar. La firma no solo fue pionera en el vending, también en percatarse que la ubicación de las máquinas jugaba un papel fundamental en la venta.

A partir de ahí empezaron a llamar la atención y se crearon todo tipo de máquinas de vending aprovechando la tecnología y el ingenio. Por ejemplo, la empresa Pulver incorporó figuras animadas a sus máquinas expendedoras de goma de mascar para atraer a más clientes. Una innovación que se considera el origen de las tragaperras actuales.

Otro hito ocurrió en 1902, cuando un restaurante de Philadelphia decidió abrir funcionando exclusivamente a través de máquinas de vending. Fue un gran éxito y estuvo abierto hasta 1962.

 

En la década de los felices años veinte hay dos fechas que quedaran marcadas en la historia del vending: 1920 y 1926. En 1920 se puso en marcha la primera máquina expendedora de bebidas, que servía en vasos desechables las bebidas gaseosas y en 1926 se empiezan a vender cigarrillos en máquinas.

Pero sin duda fue 1946 el año de eclosión de este invento. Es entonces cuando surge la primera máquina de café, que se extendió rápidamente por todo el mundo. Poco después llegaron las máquinas expendedoras de sándwiches (1950).

Y así hasta la actualidad, donde uno puede comprar casi cualquier cosa en una máquina de vending: libros, ropa interior, medicamentos, todo tipo de comida, objetos de lujo… el mercado es muy variado. Además, la tecnología ha permitido que los productos que se venden en las máquinas expendedoras tengan unas condiciones perfectas de calidad, conservación e higiene.

Pero el sector del vending no solo se ha adaptado a la demanda del consumidor, también ha aprovechado la tecnología para ir al compás de los tiempos y acomodarse a las nuevas formas de pago. Si al principio su funcionamiento era exclusivamente con monedas, más tarde fue evolucionando primero permitiendo pagar con billetes (a partir de 1960) y luego, con el desarrollo de los componentes electrónicos, con tarjeta de crédito y débito (en los años ochenta). Y seguro que lo mejor, está aún por llegar.

Fuente: tarecavending.com

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