El gigante de Mountain View lleva trabajando desde hace buen tiempo en la industria automotriz y Tesla Motors es una compañía lo bastante apetitosa como para ponerla en las miras de sus estrategas, pero nada impide a la compañía utilizar parte de los 54.400 millones de dólares que atesora en sus arcas para financiar sus propios vehículos.
Esto es básicamente lo que nos cuenta Amir Efrati, un antiguo periodista del Wall Street Journal bien conectado con Silicon Valley que asegura que Google está manteniendo conversaciones con algunos de los principales proveedores de componentes y tecnologías de la industria del motor para diseñar su futuro vehículo.
Continental AG y Magna serían dos de las empresas con las que Google se encontraría en fase de consultas. La primera de estas firmas está especializada en el desarrollo y la producción de todo tipo de componentes de automóviles, desde neumáticos a sistemas electrónicos (se rumorea que ya estaría trabajando de forma activa en el proyecto).
Por su parte, la segunda empresa no solo manufactura piezas, sino vehículos enteros para otros fabricantes sin la capacidad productiva necesaria. Google no buscaría con esta jugada establecerse como constructor de automóviles, sino hacer presión para estimular el desarrollo de las tecnologías de conducción autónoma.
Queda la duda de cómo podría orientar Google sus vehículos. Una de las ideas que se estarían valorando sería lanzar un servicio de «robo-taxis» operado por automóviles sin conductor, capaces de recoger al cliente en un punto y dejarlo en su destino sin intervención directa.
Al menos al principio siempre tendría que haber una persona de carne y hueso detrás del volante en caso de que fuera necesario tomar el control, pero la idea es eliminar el factor humano cuando la tecnología lo permita.
Visto en: engadget.com