Las grandes expectativas, en algunos casos, suelen llevar a grandes desilusiones. Pero, según hemos podido ver hasta ahora, Sony se está asegurando en todos los sentidos de que el esperadísimo regreso de God of War cumpla lo que todos los usuarios esperan de él.
Podríamos hablar de su gran campaña de marketing, del largo y costoso desarrollo del juego, y de todas sus innovaciones técnicas. Pero, para empezar, qué mejor que transmitir algunos comentarios de los entendidos, para luego disfrutarlo en vivo y en directo cuando finalmente llegue a las tiendas el próximo día 18 de marzo.
El comienzo de la aventura, como no podía ser de otra manera, enlazará fielmente con el épico final de la segunda parte de la saga, con Kratos y los titanes mitológicos escalando lo más alto del monte Olimpo. Desde estos primeros compases, y tras ver secuencias alucinantes, quedará claro que la serie no sólo no perderá garra o intensidad, sino que contará con un ritmo trepidante y una puesta en escena sin precedentes.
Según sus propios creadores, el equipo de Santa Mónica Studios, estos han tenido que poner toda sus experiencia y esfuerzo en su trabajo, para terminar de la mejor forma posible la historia de Kratos.
Lo que si parece y podemos decirles, es que God of War 3 será el final definitivo de la saga. Aunque Sony no ha descartado seguir usando el universo mitológico griego en futuros proyectos. Por este motivo, el enfrentamiento entre Kratos y los dioses del Olimpo será antológico y definitivo.
Pero lo que realmente diferenciará a este juego de muchos de sus competidores, serán los increíbles diseños de los escenarios que, junto a los terribles enemigos finales (colosos de proporciones gigantescas) no dejarán ni un segundo al aburrimiento. Y es que God of War 3 presentará ideas nuevas.
Finalmente, entrando ya en materia gráfica, lo cierto es que God of War 3 lucirá alucinante. El aspecto de Kratos, el tamaño y la viveza de los escenarios, la insana cantidad de enemigos en pantalla a la vez, los efectos de luz… todo lo visual van a merecer grandes elogios.