El cohete Atlas-5 que se muestra en el presente post contiene una carga nada habitual. Sobre su última etapa se encuentra (o se encontraba) el OTV-1, el primer avión espacial no tripulado X-37B desarrollado en forma secreta entre la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y la empresa Boeing; el mismo aparato que en 2010 pasó siete meses orbitando alrededor de la Tierra sin que se supiera qué estaba haciendo exactamente.
Lo cierto es que a pesar de que esta vez las autoridades han querido dar buena cuenta del lanzamiento del aparato, poco se sabe sobre la misión concreta encomendada al OTV-1, aunque parece que entre otras cosas servirá para analizar el potencial de reutilización de la nave, comprobando así si puede soportar múltiples lanzamientos y reentradas sin problema alguno.
Aunque mucho se especula sobre el auténtico propósito del X-37B; se cree que su capacidad para permanecer en el espacio durante largos periodos de tiempo podría convertirlo en el avión espía del futuro, pero también que se trata de una sofisticada plataforma bélica capaz de operar a salvo de las defensas antiaéreas de cualquier enemigo, algo que ha sido desmentido por el Pentágono.
Lo único que sabemos a ciencia cierta es que el OTV-1 ha vuelto a despegar, y aunque en un principio ha sido diseñado para permanecer en el espacio durante nueve meses, los responsables del proyecto están abiertos a prolongar sus misiones si así lo permitieran las condiciones.
Fuente: engadget.com