Cuando el keniata Simon Kamau se perforó un ojo jugando en una región rural en Kenia en 1990, su familia no tenía recursos para viajar a Nairobi para consultar un médico, pero ahora un teléfono inteligente especial apodado “Eye-Phone” ofrece esperanza para casos así.
Esta prometedora tecnología permitirá a médicos a miles de kilómetros ayudar a pacientes como Simon Kamau, que sufren afecciones a la vista pero viven muy lejos de un hospital, o son demasiado pobres para acceder a un especialista.
Un equipo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por sus siglas en inglés) pone a prueba en la región del lago de Nakuru, una zona agrícola en el centro este de Kenia, una técnica de diagnóstico ocular simple y barata a través de un teléfono inteligente.
“Kenia era un lugar obvio para estas pruebas”, dijo a la AFP el director del proyecto, el doctor Andrew Bastawrous. “En este país de más de 40 millones de personas, sólo hay 86 oftalmólogos, de los cuales 43 ejercen en Nairobi”.
La tecnología, en desarrollo desde hace cinco años y ahora en su fase final, utiliza un teléfono inteligente dotado de un lente adicional, que escanea la retina, y una aplicación que registra los datos.
Cada “Eye-Phone”, como le gusta llamarlo a Bastawrous haciendo un juego de palabras con el teléfono estrella de Apple, sólo cuesta unos pocos cientos de dólares y puede, dice, realizar exámenes que por lo general requieren equipos profesionales que valen decenas de miles de dólares y pesan más de cien kilos.
Para el estudio, llevado a cabo por los médicos del proyecto en la zona de Nakuru, 5.000 pacientes fueron examinados con el “Eye-Phone” y con un aparato profesional para comparar los resultados.
Según Bastawrous, esta tecnología fue capaz de detectar diversas enfermedades, como glaucoma, cataratas, miopía e hipermetropía.
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