Un armonógrafo es un aparato que se remonta al siglo XIX (en algún sitio hay menciones también a Leonardo y al siglo XVI) y que traza figuras mediante un sencillo mecanismo. El mismo se halla compuesto de dos péndulos suspendidos de una especie de "Torres".
Uno de los péndulos mueve la punta que dibuja a lo largo de una dirección, adelante y atrás. El otro péndulo empuja, al mismo tiempo, la punta a lo largo de una dirección perpendicular a la anterior.
Variando la relación de las frecuencias entre ambos péndulos (y la fase en que se encuentra cada uno), se pueden crear multitud de patrones diferentes: circunferencias, elipses, “ochos” y otras figuras de Lissajous.
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