El avión partió de la pista del aeródromo de Payerne, situado al oeste de Suiza, exactamente a las 6:51 hora local (las 4:51 hora GTM). El piloto encargado de intentar pasar esta primera prueba ha sido André Borschberg, quien alcanzó velocidad rápidamente para de esta forma elevarse y dejar inmediatamente suelo suizo.
La aeronave ya demostró el pasado 7 de abril su capacidad de vuelo, después de un corto viaje de 87 minutos y una altitud máxima de 1.200 metros. El Solar Impulse ahora deberá demostrar si la capacidad de carga de las baterías durante el día es suficiente para volar durante toda la noche.
Su principal y única fuente de energía son las 12.000 células fotovoltaicas distribuidas por las alas del planeador. La energía acumulada a través de estas placas solares mueve cuatro motores eléctricos de diez caballos de potencia cada uno y a su vez recargan las baterías de litio de 400 kilos de peso.
El proyecto del avión Solar Impulse lo conforman unas 70 personas y cuenta con el auspicio de unos 80 patrocinadores que han trabajado de forma ininterrumpida y coordinada desde hace más de seis años para conseguir dar la vuelta al mundo en avión, movidos únicamente con la fuerza que les proporciona la energía solar.
