Curiosidades Reales desarrolladas en el transcurso de la Historia

En el transcurso del tiempo se han tejido mil y un historias, algunas increíbles que nos parecen sorprendentes que hayan sucedido. La mayoría de ellas han viajado hasta nuestros días como parte de la leyenda popular, claro que algunas durante los años han sido transformadas y han cambiado con relación a cómo ocurrieron, pero otras en gran parte han conservado sus orígenes.

Entonces, a continuación un breve resumen de aquellos hechos y acontecimientos que han viajado por el tiempo por su singularidad.

  • Se dice que Felipe II el Prudente, rey de España, murió en 1598 de pitiriasis rosada, es decir, una invasión excesiva de piojos.
  • Algunos científicos sugieren que las debilidades mentales de ciertos emperadores romanos, como Nerón y Calígula, podían haber sido agravadas por la ingestión del plomo residual procedente de las soldaduras de platos y vasos.
  • Para disimular su notoria calvicie, la esposa de Carlos I, Isabel de Baviera se hacía un peinado que remataba en un larguísimo cono del que colgaban finísimas gasas. El peinado hizo furor entre las nobles damas del siglo XIV, de manera que el cono era más alto cuanto más aristócrata era la cabeza que lo llevaba.
  • Enrique I de Castilla murió en 1217 de un golpe en la cabeza con una piedra, arrojada por unos niños que estaba jugando.
  • El duque de Wellington (1769 – 1852) era adicto al opio, que ingería para recuperarse de las resacas.
  • Pirro, rey de Epiro, falleció en el sitio de Argos por una teja lanzada por una anciana desde una azotea, en el año 272.
  • Luis el Gordo (1081 – 1137) prohibió que los cerdos circularan libremente por las calles de París. Esta decisión se debe a que su hijo murió al caerse del caballo por culpa de uno de estos animales.
  • Cuentan los cronistas que el rey Fernando el Católico era un gran consumidor de criadillas de toro, para fortalecer – según él – su virilidad.
  • Catalina envenenó las páginas de un libro que regaló a Enrique IV, para que este muriera al pasar las páginas mojando el dedo en saliva. Sin embargo, se equivocó ya que su propio hijo, Carlos IX, fue quien lo hizo y murió.
  • En cierta ocasión, Mohamed II, para descubrir cuál de sus pajes se había comido unos melones que había reservado, mandó que se les abriera el estómago en vivo y de uno en uno. Al llegar al decimocuarto, apareció el culpable.
  • Cayo Antistio, político romano aficionado a la medicina, era dado a practicar sangrías a sus pacientes. El inconveniente de ponerse en sus manos es que llegaba a desangrarlos por completo.
  • Se dice que la amante de Luis XV, Jeanne Antoinette Poison, marquesa de Pompadour, gastó durante su vida más de seis millones de francos de los de entonces en perfumes.
  • El sultán de los turcos Bayaceto I, elevado al trono en 1389, ordenó decapitar a 2.000 halconeros por no haber entrenado a sus rapaces adecuadamente para la caza.
  • Cuando murió Juan II de Portugal, en 1495, se prohibió que los ciudadanos se afeitaran durante seis meses.
  • Jahangir, gran mongol de la India (1569 – 1627), tenía un harén que estaba compuesto por 300 esposas, 5.000 mujeres sirvientes y un millar de jovencitos que satisfacían todos sus caprichos.
  • El temido Atila, rey de los hunos, no murió en el campo de batalla, sino en el lecho conyugal, haciendo el amor con su esposa número 453 en la noche de bodas.

Visto en: Ciencia Popular

 

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