Investigadores de la Universidad de Binghamton, Estado de Nueva York, revelaron que existe un gen ligado a la promiscuidad, la infidelidad y las aventuras de una noche. El estudio fue publicado en la revista científica PLoS ONE.org.
El grupo científico del Laboratorio de Antropología de la Evolución y la Salud, dirigido por Justin R. García, realizó un amplio estudio de las variaciones de la conducta sexual y sus bases genéticas. Se reveló que la infidelidad y la promiscuidad están ligadas con la mutación del gen DRD4, vinculado con el receptor de dopamina D4.
Los receptores de dopamina se asocian con el efecto de placer en el organismo. En particular, ya se conoce la ‘culpa’ del D4 en la adicción de las personas al alcohol y los juegos de azar. Este receptor influye en los procesos bioquímicos del cerebro y, en consecuencia, en la conducta.
Según explica el doctor Justin García en la nota de prensa publicada por la Universidad de Binghamton, los científicos entendieron que las circunstancias, el sentido y la conducta son diferentes para cada persona en cuanto a su actividad sexual.
Muchas personas experimentan varios tipos de relaciones sexuales, estables y de una noche, algunos incluso realizan ambas al mismo tiempo, mientras otras personas cambian el sexo por dinero. Lo que no sabían los investigadores era de qué manera estamos motivados a practicar una forma de sexo u otra, especialmente cuando se trata de la promiscuidad y la infidelidad.
Así, recolectaron una historia detallada de los contactos sexuales de 181 voluntarios jóvenes adultos y analizaron sus ADN. Resultó que las variedades individuales de la conducta sexual podrían ser influidas por variaciones individuales genéticas. Las personas con cierta modificación del gen DRD4 fueron mucho más propensas a las relaciones promiscuas, el sexo de una noche y el adulterio.
Enlace: Plosone.org