El Blue Marlin, uno de los pocos medios de transporte diseñados para mover barcos y plataformas petrolíferas, se ha convertido en uno de los ejemplos claros de lo que se puede lograr a través de la ingeniería.
El objetivo fundamental del casco es ese, el de movilizar a varios barcos a la vez, atravesando los océanos, como ocurrió con el HMAS Adelaide que la empresa española Navantia construyó para la armada australiana.
El Blue Marlin fue construido en el año 2000 y presenta una eslora de 224,8 metros y cuenta con una cubierta de unos 11.200 metros cuadrados. Mide 63 metros de ancho y también cuenta con un calado de 13,3 metros, ampliaba hasta los 28,4.
En total, 70.000 toneladas que se convierten en una herramienta indispensable para transportar barcos y plataformas petrolíferas, logrando una velocidad de crucero de hasta 13 nudos.
Cuenta con un diseño único, por eso se encuentra en la categoría de los buques semisumergibles heavy-lift. Aquellos que son capaces de llenar sus tanques para que se hundan y así permitir la entrada de cualquier estructura o barco que tenga que ser transportado.
En el año 2013, el semisumergible formó parte de la operación de embarque del buque Adelaide. Una megaconstrucción que se produjo en Navantia para la armada australiana y con un precio “por encima de los 500 millones de euros”.