Investigadores científicos de la Universidad Federal de Pará en Belem, han puesto al descubierto numerosos restos de lo que formo parte de una antigua y hasta ahora desconocida civilización en la selva amazónica.
En total son 260 enormes avenidas, largos canales de riego y cercados para el ganado que han sido divisadas desde el aire casi en la frontera entre Bolivia y Brasil. Los científicos llaman a estos hallazgos «geoglifos».
Las ruinas han quedado al descubierto debido al proceso acelerado de deforestación que sufre la selva. Un proceso que está dejando al descubierto lo que antes permanecía oculto bajo la vegetación.
La idea tradicional es que, antes de la llegada de españoles y portugueses en el siglo XV, y a diferencia de lo que sucedía, por ejemplo, en los Andes, no existían civilizaciones avanzadas en la cuenca del Amazonas.
Sin embargo, la tala indiscriminada de árboles está dejando al descubierto numerosas pruebas de que las cosas no fueron realmente así. Las cada vez más numerosas imágenes aéreas y de satélite están revelando, en efecto, un complejo entramado de pueblos, ciudades, carreteras y estructuras.
«Es la historia de nunca acabar», asegura Denise Schaan, de la Universidad Federal de Pará en Belem, que ha realizado ya numerosos descubrimientos desde el aire e, incluso, examinando con cuidado imágenes de Google Earth.
«No hay semana en la que no encontremos nuevas estructuras», asegura la investigadora Denise Schaan (Universidad Federal de Para). Algunas de ellas son cuadradas o rectangulares, mientras que otras forman círculos concéntricos o complejas figuras geométricas como hexágonos y octágonos.
El último descubrimiento, Publicado por la revista Antiquity, cubre un área que se extiende en el norte de Bolivia y el oeste de Brasil. Un hallazgo que sigue a otros de grandes extensiones urbanas y pueblos interconectados, conocidos como «ciudades jardín», descubiertos en la zona central de Brasil y cuya antigüedad se cifra en unos 1.400 años.
A pesar de que no existen evidencias de que los antiguos habitantes de la Amazonia hayan construido pirámides o desarrollado un lenguaje escrito (como hicieron, entre otros, los egipcios), sí que dieron muestras de una gran complejidad social y de su capacidad para domesticar el entorno.