¿Qué es una Tormenta Solar?

Una tormenta solar es un evento espacial que se da cuando la actividad del Sol interfiere con el campo magnético de la Tierra (y el de otros planetas). El Sol, como todas las estrellas del universo, es un cuerpo estelar que genera energía a través de fusión nuclear entre los elementos que la componen, pudiendo ser, en algunos casos tan potente que escapa la superficie solar.

Cuando esto pasa, el Sol expele llamas de plasma y masa que viajan por el espacio y que nosotros llamamos “viento solar”, una ráfaga de partículas cargadas eléctricamente que pueden toparse con el campo magnético de la Tierra en horas, si es que el viento solar viaja hacia esta dirección.

La colisión entre estas partículas solares y nuestro campo magnético terrestre tiene pocos fenómenos visibles para nosotros, siendo uno de ellos las auroras polares, y puede prolongarse durante días bajo las condiciones adecuadas.

La tormenta solar más severa que se haya registrado en la historia ocurrió en 1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento Carrington. Esta tormenta solar de mediados del siglo XIX causó fallas electromagnéticas a lo largo de todo el mundo, y aparecieron auroras en latitudes tan extrañas como el ecuador.

Los instrumentos científicos que dependían del magnetismo terrestre dejaron de funcionar correctamente, y el incipiente telégrafo presentó también sus fallas. Otras tormentas solares menores fueron registradas en 1958, 1989, y 2000, cuando ya existían satélites en órbita y más equipamiento eléctrico sensible a la actividad solar.

El peligro de las tormentas solares, sin embargo, se reduce a su habilidad de desbaratar los sistemas eléctricos terrestres, y no por algún tipo de impacto en la vida o clima terrestre. Durante millones de años, los vientos solares azotaron el Sistema Solar, así como las tormentas eléctricas y los huracanes que se desatan en la Tierra. La diferencia con otros períodos en la larga historia de la Tierra, es que cada vez los países más desarrollados dependen más de su tecnología y su red de comunicaciones basada en satélites ubicados en zonas donde la Tierra no puede protegerlos.

También se debe tener cautela con el aumento de radiación solar que se desprende durante las tormentas solares, que puede dañar a muchos organismos. Sobreexponerse a los rayos del Sol durante una tormenta solar puede generar daños celulares, y por cierto, sería muy peligroso para un astronauta. Algunos animales, por ejemplo, que son sensibles a los campos magnéticos (aves, ballenas, etc.) también pueden sentirse desorientados durante una tormenta solar.

Tras la tormenta solar del 2000, los investigadores analizaron los peores escenarios posibles tras un fenómeno como este. En situaciones extremas, las naciones más poderosas del mundo podrían caer durante una década o más si una tormenta solar de gran magnitud los encuentra desprevenidos. Más allá de los daños tecnológicos y sus efectos en una sociedad tan dependiente de la comunicación, nunca hay que perder de vista la gran protección que nos da la Tierra y su poderoso campo electromagnético.

Enlace: WiseGeek

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